jueves, 29 de diciembre de 2011

Entrevistando a un genio: THELONIOUS MONK En JAZZ MAGAZINE 1963

A lo largo de su carrera, Jazz Magazine entrevistó a Thelonious Monk en tres ocasiones. Gracias a su amabilidad y a la de sus traductores, Juan Carlos Hernández en primera instancia y Diego Sánchez Cascado que le dio su expresión final, están aquí recogidas. Las entrevistas a un genio con sus particularidades y su humor particular.
Sobre las estructuras de la música de Monk, su gusto por apartarse del mundo y por el misterio y, un poco más tarde, sobre la enfermedad que parecía haberle condenado a permanecer recluido: mucho se ha hablado de los silencios monkianos. Las entrevistas que publicamos esta semana muestran a un Monk más inhabitual: entre dos silencios.
Nunca me niego a hablar con alguien. Si durante mi carrera no he concedido más entrevistas, sin duda es porque la ocasión no se presentó o simplemente porque este tipo de literatura no interesaba a la gente. Desde luego, el motivo esencial es que los críticos parecen evitarme; y no se por qué. Me echaronh de lado por culpa de unas leyendas asociadas a mi nombre, nunca se esforzaron en buscar la verdad mas allá de las apariencias. "Thelonious esto, Thelonious lo otro". Pero yo siempre he sido el mismo. No sé quienes fueron los primeros en divulgar esas falsedades; el hecho es que, desde entonces, los críticos sienten hacia mí una mezcla de indiferencia y temor.
Quieren convertirme en un personaje misterioso. Dicen que mi obra es extraña, que es incomprensible. No pienso que haya habido nunca nada incomprensible o ilógico en mi música. Toco de la misma manera desde hace 20 años. Ahora mi música es reconocida pero siguen teniendo de mí la misma imagen. La mayoría apenas me conoce y afirma cosas que nunca han tratado de averiguar. Es cierto que no me gusta demasiado hablar con la gente; no soy, como algunos músicos que conozco bien, el tipo de persona que busca a los críticos para hablar con ellos y pedirles que escriban un artículo sobre mí. Pero, cuando vienen a verme, sin ideas preconcebidas, simplemente con el deseo de comprenderme mejor, es posible conocerme, e intento ser lo más amable que puedo. Usted mismo lo esta comprobando, ¿no cree?
Usted toca desde hace unos 20 años y, durante la mayoría de este tiempo, ha permanecido en la sombra, únicamente apreciado por los músicos y por algunos aficionados. Y, de pronto, de la noche a la mañana, le concedieron el título de genio, de profeta. ¿Cómo reaccionó usted?
Desde que mis inicios, me expreso con el mismo lenguaje. Ni mis ideas ni mi forma de tocar han cambiado. Tengo la impresión de haber aportado al nacimiento del jazz moderno más que todos los demás músicos juntos. En estas condiciones, no es muy agradable para un artista oír siempre, "Gillespie y Parker han revolucionado el jazz", cuando yo sabía que la mayoría de las ideas procedían de mí y de nadie más. Dizzy y Bird no me han aportado nada a nivel musical. No me han enseñado nada. No me enseñaron ningún acorde, ningún truco. Al contrario, fueron ellos quienes venían a verme para hacerme preguntas, para aprender algo de mí. Pero fue a ellos a quien se dio importancia. Fueron ellos quienes fueron considerados los impulsores del jazz moderno y la realidad es que, la mayoría de las veces, sólo interpretaban mis ideas. Todo partió de mis concepciones, es decir, intentar salir de las formas tradicionales de aquella época, del beat que se utilizaba entonces.
A mí, nadie me inspiro mis ideas: las busqué dentro de mí. Todas estas cosas las saben la mayoría de los músicos y la prueba es que casi todos han adoptado "52nd Street Theme" como tema para acabar los sets. Es mí música, al igual que "Round ‘bout Midnight" o "Dizzy Atmosphere". Hablemos de este tema. ¡Esta panda de gilipollas lo llamó "Dizzy Atmosphere", pero esa atmósfera era más bien mía! Cuando Dizzy compuso esta tema, yo hacía tiempo que lo conocía. Tengo la impresión de que, a fuerza de tocar conmigo, de copiar mis acordes, de pedirme consejos, de preguntarme cómo lograr la mejor sonoridad, de acostumbrarse a que les corrija su música, han terminado por "componer" temas que salían directamente de mí. A veces, me preguntan por qué no toco obras de otros compositores, temas como "Night in Tunisia" precisamente; simplemente se debe a que este tipo de cosas las llevaba desde siempre dentro de mí y si no las he compuesto yo mismo es porque no me excitaban tanto como a otros músicos.
Así que, ¿por qué quiere usted que toque estos temas ahora? Un día oí en la radio que decían que Dizzy era el único músico de jazz de Nueva York capaz de reflexionar. Es una de las mentiras más gordas que haya oído en mi vida y nunca la olvidaré. A fuerza de contar estas estupideces a los músicos, éstos terminan por creerlas y se les llena la cabeza con todo eso. Se creen que han sido enviados por la Providencia para salvar al jazz. Milt Jackson es como Dizzy, ¿sabe?. Tocamos juntos muchas veces y siempre fue él quien sacó provecho. Mientras tanto, yo no conseguía encontrar trabajo. Oía mis ideas lanzadas a través del mundo y no tenía la posibilidad de expresarlas yo mismo.
A veces, ni siquiera me dejaban entrar en el Birdland. ¿Se da cuenta de lo que significa quedarse delante de un local oyendo desde fuera tocar sus propias composiciones y sin poder entrar? Me ocurrió más de una vez. Así es como suelen ocurrir las cosas en Estados Unidos. Los intérpretes relegan al inspirador a un segundo plano y los que tendrían que alcanzar menos éxito ocupan el primer plano. Es así y nadie puede hacer nada. Otros se habrían puesto muy tristes al ver a sus colegas tener éxito mientras ellos permanecían en la sombra. Pero yo acepté la situación. Me decía: "Ahora no es mi turno, pero tal vez mañana..." Si los demás músicos han logrado el éxito antes que yo, mejor para ellos. Nunca les he envidiado. No estaba abatido porque sabía que lograría, en el momento oportuno, dar a conocer mi música. Y si la mayoría de los músicos me han escuchado, si han intentado copiarme, en definitiva, ha sido bueno para mí porque me ha demostrado que mí música es importante y que, en consecuencia, existía la posibilidad de que algún día fuera escuchada. La gente adoraba mis ideas pero tocadas por otros. Ahora han comprendido que estas ideas procedían de mí y vienen a buscarlas directamente a quien las ha creado.
¿Piensa haber ejercido una gran influencia sobre los pianistas?
Cada día oigo a un montón de pianistas que utilizan procedimientos que son míos desde hace varios anos. Si usted no los conoce bien, yo sí. En todos los pianistas, sin ninguna excepción, encuentro mi forma de tocar, mis acordes, mis recursos. Escuche a un tipo como Eddie Heywood y luego hablamos. Algunos creen, de buena fe, que utilizan recursos personales pero en realidad son míos. Simplemente, no recuerdan de quién los han cogido. Cuando Bud Powell era muy joven, cuando empezaba, nadie quería escucharle. Cuando llegaba a un sitio donde yo tocaba, yo me levantaba y anunciaba: "Bud va a tocar". Pero todo el mundo gritaba "no queremos oírle". Entonces, yo estaba obligado a decir: "en estas condiciones, no toco mas. Será Bud o nadie más". Y el público se veía obligado a escucharlo. Y luego, un buen día, yo me encontraba de nuevo sin trabajo mientras que Bud seguía a lo suyo. Y ahí fue cuando la gente empezó a pensar que fue Bud quien me inspiró. ¡Qué locura! Cuando Bud venía a casa, me pedía que le mostrase todo lo que hacía, que le enseñase los acordes que yo utilizaba y luego reproducía nota a nota lo que yo acababa de tocar delante suyo. Por este motivo, fue el pianista que se aproximó más a mis concepciones. Era capaz de entender mis temas mucho mejor que los demás pianistas, tal vez porque fue mi alumno.
En la actualidad, se tiende a buscar analogías entre sus concepciones pianísticas y las de Duke Ellington. ¿Qué opina de esta comparación?
Nunca escucho a Ellington. Si nuestras formas de tocar presentan puntos comunes sin duda es pura coincidencia. Hace poco, durante un concierto, toqué algunos temas con su orquesta. Fue una experiencia curiosa para mí, pero nada más. Duke, en el fondo, toca muy poco el piano con su orquesta. Le repito que no lo escucho desde hace años y, por lo tanto, no ha podido influirme. Si hay alguna influencia entre nosotros, sólo puede haberse producido en la dirección opuesta.
¿Le interesan otras formas musicales aparte del jazz? La música clásica europea o el folclore, en especial, oriental o africano, parecen tener actualmente una gran influencia sobre los jóvenes músicos modernos...
Me gusta la música, punto. Y entiendo por música todos aquellos sonidos que resultan agradables al oído. Es mi definición, vale lo que vale. A veces escucho discos de estas músicas de las que me habla, pero en ningún momento me dejo influir por ellas. Sólo deseo tocar cosas que provengan de mí. No me considero un músico que ya no pueda progresar, pero sólo creo temas nuevos dentro de los límites que me he fijado. Tomemos un músico como John Coltrane. Es un músico consagrado que ahora es capaz de explotar todas las posibilidades de su instrumento pero parece que tiene ciertas dificultades para adquirir ideas originales. Por eso se ve obligado a buscar a su alrededor. Yo no tengo esa necesidad y, se lo repito, sólo en mi interior encuentro la inspiración. Pero sin que lo busque realmente, es posible que algunos aspectos de mi forma de tocar guarden relación con otras formas musicales.
Tuve la ocasión de conocer a músicos africanos, percusionistas sobre todo, gente como Gwana, con quien he tocado, y todos me dijeron que yo era el único en tener el beat africano. Es muy posible. Yo no lo sé, pero ellos están bien situados para decirlo ya que han escuchado mucho más mi música que yo la suya. De todas maneras, forman excelentes secciones rítmicas y me entiendo muy bien con ellos. La vida que he llevado hasta ahora apenas me ha permitido salir de Estados Unidos, pero vivir en Nueva York no te impide conocer a mucha gente interesante. Hasta diría, sin ánimo de molestar, que uno tiene a su disposición todos los artistas y todas las formas de arte del mundo.
Usted tiene fama de ser poco sociable, de vivir en solitario. ¿Tiene muchos amigos entre los músicos de jazz?
Casi todos los músicos en activo han venido al menos una vez a mi casa. Cuando tienen algún problema, musical o de otro tipo, intento ayudarles a resolverlos. Si necesitan ayuda, saben que siempre pueden recurrir a mí. Siempre trato de arreglar las cosas lo mejor posible. Por eso me han colocado un poco en un pedestal y no quieren que baje de él. Tienen la impresión de que, desde un punto de vista musical, nunca me equivoco. Sin duda por eso son tantos los que acuden a verme. Pero, la mayoría siente una especie de temor cuyo origen ni ellos ni yo conocemos. Claro está, no soy muy sociable y, por lo general, no me gusta mucho hablar, pero tal vez la razón verdadera de este temor provenga de todas esas cosas que se cuentan sobre mí y que no pueden ignorar. Uno de los músicos que viene más a casa probablemente sea Sonny Rollins, al que conozco desde 1945 o 1946, creo.
¿Piensa que la fórmula del cuarteto que utiliza desde hace varios años es la mejor para sus concepciones orquestales?
Si toco actualmente en cuarteto se debe simplemente a que las circunstancias así lo decidieron. Estoy dispuesto a adaptarme a cualquier otra fórmula.
¿Por qué no ha grabado en los últimos tres años?
Simplemente porque tuve discrepancias con la compañía que me había contratado. Algunas compañías sólo quieren ganar dinero. Que traten de sacar beneficios, vale, pero cuando grabas para ellas, que tengan al menos la honradez de pagar el dinero que te deben.
Hace algunos años, cuando grabó Brilliant Corners, declaró: "Aún no me he sentido satisfecho de ninguno de mis discos". ¿Es cierto todavía?
¡Por supuesto! No sólo no he grabado aún un disco que me satisfaga plenamente sino que todavía no he tocado exactamente como desearía hacerlo. Por otro lado, es algo normal. Desde el momento en que uno está satisfecho consigo mismo, pierde toda posibilidad de progresar. Un hombre satisfecho ya no ve la necesidad de esforzarse. Ya sólo tiene ganas de descansar. Es el principio del fin.
Parece que ya no toca algunas de sus composiciones que, sin embargo son muy bellas, como por ejemplo "Think of One", "Bye-Ya", "I Mean You", "Ask Me Now", "Skippy". ¿Por qué?
A veces tocamos estos temas cuando la gente que los conocen y les gustan nos lo piden. Pero no puedo tocar todo mi repertorio en cada concierto o en cada grabación. Además, me he cansado de algunos temas después de tocarlos durante 20 años. Prefiero dejar que lo hagan otros. Cada vez me apetece menos tocar tempos rápidos. Cuando empezaba, con Kenny Clarke, por ejemplo, nos gustaba tocar muy rápido hasta cansarnos. En realidad, pienso que es más fácil tocar rápido que construir algo interesante sobre un tempo lento. Por lo menos, esa es mi opinión.
¿Es consciente de que los músicos que tocan con usted parecen dar lo mejor de sí mismos?
Debe ser un problema de ondas cortas [risas]. En realidad, intento ayudar a la gente que está a mi alrededor, empujarlos para que lleguen al fondo de sí mismos. Intento que se expresen como yo, porque, cuando uno es un músico de verdad, tiene que ser capaz de captar las ideas al vuelo antes de que éstas se posen sobre ti. En mi opinión, cuando Coltrane ha tocado mejor ha sido conmigo. Charlie Rouse, cuando era miembro del grupo de Tadd Dameron, tocaba demasiado parecido a Parker. Ahora, aunque esté cerca de mis concepciones musicales, es mucho mas personal y es mejor así. Usted me informó ayer que hace algunas semanas Rollins le dijo que la música tenía que ser el reflejo de la personalidad de uno mismo y de su comportamiento en la vida diaria. Esto es muy bonito en teoría, pero ¿cuántos músicos son capaces de hacerlo? La mayoría no toca su música sino la de otros, y se contentan simplemente con transformarla.
En relación con las sesiones para Prestige donde se grabaron los ahora históricos "Bags’ Groove" y "The Man I Love", mucho se ha escrito sobre las diferencias que al parecer hubo entre usted y Miles Davis y, en especial, sobre el hecho de que éste le pidiera que no le acompañase en sus improvisaciones. ¿Qué hay de cierto?
Estas historias de discusiones son un invento. Lo que es cierto, es que todos hemos guardado un mal recuerdo de esta grabación. Las condiciones eran deplorables. Todos estábamos cansados. El productor estaba de mal humor. Era el día de Nochebuena y todos teníamos prisa de volver a casa. Todo lo que nos dijimos ese día no debería haber salido nunca del estudio. No acompañar a un solista, se llame Miles Davis o John Coltrane, es un procedimiento que me es familiar. Forzando al solista a apoyarse sólo en el bajo o la batería, se obtiene una sonoridad, una construcción de los solos, muy diferentes. Este procedimiento no es nuevo. Roy Eldridge lo utiliza desde hace mucho tiempo.
Cuando me piden que no toque mientras un solista improvisa, lo hago y punto. No hay que buscar razones extraordinarias. Miles y yo no nos peleamos. La prueba es que después de la grabación, vino a mi casa y pasamos todo el día juntos y hasta me costó desembarazarme de él aquella noche. Miles no puede darme consejos: él sabe muy bien que le enseñé demasiado para que pueda permitirse hacerlo. Cuando, siendo jovencito, vino a Nueva York, se matriculó en la Julliard. Durante esa época a menudo subía al escenario con nosotros, no sólo para tocar, sino sobre todo para aprender. En realidad, sus verdaderas clases las recibió en los escenarios de los clubes donde tocábamos y no en la Julliard.
¿Qué opina de la nueva evolución, del giro que está tomando actualmente el jazz bajo la influencia de jóvenes músicos cuyo jefe de fila parece ser Ornette Coleman?
Actualmente, están introduciendo en el jazz algo que desapruebo. Hablan de libertad pero, bajo el pretexto de liberarse, uno no tiene derecho a volverse ilógico, incoherente, a caer en la anarquía hasta el punto de no construir nada, de tocar simplemente un montón de notas, unas detrás de otras. Y no hay beat. No se puede marcar el tempo con el pie. Creo que es una plaga que está afectando al jazz, con hombres como Ornette Coleman, por ejemplo. Hay una nueva concepción que consiste en buscar lo inesperado, en sorprender, en destruir, y el jazz tiene, ante todo, que contar una historia que resulte aceptable para todos. Todos quieren ocupar el primer lugar, convertirse en el músico de quien se habla más y para lograrlo están dispuestos a hacer cualquier cosa. Todo músico debería fiarse únicamente de sí mismo, dominar las ideas que lleva dentro y no preocuparse de lo que piensan los demás, de lo quiere el público; si se deja influir, demuestra que no es un buen músico y que lo sabe. Incluso Rollins parece haberse visto afectado. Por eso no he querido escucharle últimamente. Sonny es un músico tan maravilloso que no puedo soportar la idea de que probablemente se oriente en esa dirección.
Algunos músicos, entre ellos Rollins, Mingus y Roach, parecen querer convertir el jazz en una especie de plataforma para sus reivindicaciones sociales y políticas. ¿Le preocupan a usted los problemas raciales?
No, es algo que no me preocupa. Sé que algunos artistas sienten de manera especial estos problemas que, es indudable, siguen existiendo en Estados-Unidos aunque, desde la llegada de Kennedy, se han realizado muchas mejoras, en especial en el campo de la educación. Pero yo no me preocupo por el color de mi piel. Nunca pienso que soy un negro. O, más bien, no quiero pensar en ello. No quiero imaginar cómo hubiera sido mi vida si hubiera tenido otro color de piel. Hasta la guerra de secesión, sólo fuimos esclavos y de pronto nos dijeron: "Todos los ciudadanos que viven en Estados Unidos son americanos y tienen los mismos derechos". Pero esto no es más que un sueño. Al principio, no teníamos idioma, tuvimos que aprender la lengua del país. No teníamos religión, nos convirtieron al cristianismo. En realidad, no teníamos casi nada. Nuestra única riqueza era nuestros cantos y nuestra música. Ahora, el tiempo ha pasado. Me siento americano y nunca miro atrás para saber cuáles eran las condiciones de vida de mis antepasados. Esto no impide que sea consciente de todo el progreso que queda aún por realizar.
Por tomar sólo un ejemplo: en ciertos lugares públicos, usted lo sabe, hay carteles que te prohíben la entrada simplemente porque tu color de piel es negro. Usted puede ser el hombre más rico del país, nunca llegará a entrar en estos lugares. En otros, donde sí nos admiten, nos llegan a insultar, a tratarnos de "sucios negros" por individuos que ni siquiera nos reconocen el derecho a vivir. Esto, evidentemente es algo que no puedo olvidar, pero no quiero expresarlo a través de mi música porque el jazz, si tiene la pretensión de ser universal, debe ser únicamente música. Si algunos prefieren a un pianista como Dave Brubeck antes que a mí, por ejemplo, y que, en ocasiones, los organizadores de conciertos me contratan cuando hubiesen preferido que participase Brubeck, ¿qué importancia tiene? Si Brubeck gana más dinero, si es más apreciado que yo, mejor para él. El algo que no me planteo. Lo que me aporta mi música es más importante que lo que pudiera permitirme adquirir a nivel financiero o de fama. Pero, dejemos ya estas cuestiones raciales. Soy muy prudente sobre es tema y no quiero hablar de ello. Sé que mi música puede ayudar a los hombres a acercarse los unos a los otros y esto es lo esencial. Creo sinceramente que el jazz es lo que más ha hecho para que la palabra amistad alcance un día, en Estados Unidos, su verdadero significado.

sábado, 24 de diciembre de 2011

El vibrafonista Dave Samuels

Reconocido como uno de principales vibrafonistas de la actualidad, Samuels es dueño de una personalidad musical distintiva, que se caracteriza por su frescura y por un acercamiento creativo al vibráfono y a la marimba. Durante su trayectoria profesional, ha ganado un amplio reconocimiento internacional a través de sus presentaciones y grabaciones con artistas tan diversos, como: Gerry Mulligan, Oscar Peterson, Chet Baker, Stan Getz, Carla Bley, Yellowjackets, Pat Matheny, Bruce Hornsby, Frank Zappa, Fantasy Board, Spyro Gyra y Caribbean Jazz Project.
Comenzó sus estudios musicales a la edad de seis años, tocando batería y piano. En 1974, ganó exposición internacional como miembro del sexteto de Gerry Mulligan. En 1977, comienza su prolongada colaboración con Spyro Gyra, que dura hasta 1994 e incluye 20 grabaciones. Durante ese tiempo, el grupo fue nominado para los Premios Grammy y fue reconocido por la revista Billboard como el principal artista y grupo de jazz contemporáneo de los años 80. A través de su extensa carrera, Samuels ha sido reconocido tanto por sus fanáticos como por la crítica, por la calidad de su sonido, ha recibido cinco nominaciones a los Premios Grammy, y ha sido reconocido como el mejor vibrafonista por las revistas Jazzis y Modern Drummer.
Su debut como solista, Living Color (MCA), se mantuvo por 10 semanas en la primera posición de la radio: le sigue Ten Degrees North (MCA) con Alex Acuña en la percusión, John Patitucci en el bajo, Steve Khan en la guitarra y Eddie Daniels, clarinete; Natural Selection (GPR), su tercera grabación, se realiza con los Yellow Jackets y Bruce Hornsby y Del sol (GRP) cuenta con la participación de Dave Valentín, Andy Narell, Danilo Pérez y Jorge Strunz. Otros proyectos son: Remembrance, que incluye un concierto para marimba, orquesta de cámara y solista del compositor Jeff Beal, Duotones y Tjaderized – un tributo Carl Tjader (VERVE).
En 1993, forma Caribbean Jazz Project, considerado uno de los principales y más innovadores conjuntos de latin jazz, con el cual ha grabado y se ha presentado en los más importantes escenarios. Entre sus grabaciones con este conjunto, se destacan: The Caribbean Jazz Project, Island Stories, New Horizons, Paraíso; Her and Now – Live in Concert y Birds of a Feather, ambos nominados como mejor grabación de latin jazz y The Gathering, ganador de Grammy 2003. Su más reciente grabación, Afro Bop Alliance fue ganadora del Latin Grammy 2008, y fue nominada para los premios Grammy de ese año.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Panamá Jazz Festival 2012

Del 16 hasta 21 enero 2012 se llevara acabo en la Ciudad de Panamá, la novena edición del Festival de Jazz de Panamá. Con la talla de grandes músico como las de Tito Puente Jr., Charlie Sepúlveda, John Scofield, Luis Bonilla y artistas de jazz más talentosos, el Festival de Jazz de Panamá se llenarán con la abundancia de talento. Más de 25.000 personas asisten a este festival de música anual, a escuchar el dulce sonido de los mejores del género.
Panamá es quizás uno de los lugares más idóneos para acoger la celebración de la música jazz. El fundador Danilo Pérez dice: "Durante una semana en enero, Panamá es la capital del jazz en América Latina y el festival continúa creciendo y se está convirtiendo ahora un evento que es una referencia cultural en América Latina, con algunos de los mayores partidarios del jazz música en el planeta. "
El ganador del Grammy, el pianista Danilo Pérez, su intención era mejorar la vida de las personas mediante el intercambio de experiencias musicales como oyentes, en el escenario y en las aulas. El Festivales de Jazz de Panamá pone un mayor énfasis en la educación. Las clases son proporcionadas por algunas de las mejores escuelas de música del mundo, incluyendo el Conservatorio de París, Berklee College of Music y el Conservatorio de Música de Puerto Rico. Potenciales estudiantes de música también pueden escuchar a estas escuelas en la celebración del jazz de 2012 en Ciudad de Panamá.
Lo que atrae a tantas personas año tras año a este festival de música de América Latina no es sólo la belleza del arte del jazz, sino también el énfasis en la educación. El festival ha dado más de un millón de dólares en becas a estudiantes y lleva el arte y la música a las comunidades pobres en Panamá.
Mientras que el Festival de Jazz de Panamá es una celebración del jazz, ha ido más allá de la música. El festival de música ha tenido gran influencia en la fortificación de la cultura de Panamá, así como reforzar su economía a través del turismo.
Mantener el evento de relevancia cultural en honor a Panamá, el festival ofrece clases de música folklórica panameña y clases de danza con el Ballet Nacional de Panamá.
Los conciertos son en los lugares más prestigiosos de Ciudad de Panamá, como Teatro Nacional de Panamá, el Teatro Anayansi, y hasta el Parque Catedral. Con la oportunidad de visitar estos sitios históricos, así como disfrutar de un concierto, la cultura panameña también se ve reforzada. Muchos turistas vienen a presenciar el festival en el teatro y los lugares que se consideran arte en sí mismas.
Cada año, el festival está dedicado a alguien diferente y este año, el saxofonista de jazz Carlos Gartnett es el homenajeado de 2012. Como uno de los músicos de jazz más reconocidos de Panamá-América, el premio es bien merecido. Carlos Gartnett ha trabajado con leyendas del jazz como Miles Davis, Art Blakey y mucho más.
Además de jazz, otros atractivos que una visita a la ciudad de Panamá tiene para ofrecer. Con un rango de impecable de las especies silvestres, actividades emocionantes y una cultura muy interesante, muchos aspectos del país se puede disfrutar.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Cab Calloway y su instrumento vocal


Cab Calloway fue un nombre familiar desde 1932, y su fama nunca llegó a extinguirse. Fue un cantante de jazz de gran talento y está considerado un maestro en ‘scat’ (imProvisación vocal que consiste en utilizar vocablos y sílabas sin formar Palabras). Muchas veces, sus actuaciones en el Cotton Club ensombrecían la gran calidad de sus bandas. Dirigió una de las ‘big bands’ más PoPulares en Estados Unidos desde PrinciPios de los 30’s hasta finales de los 40’s. Por ella Pasaron los tromPetistas Dizzy GillesPie y AdolPhus "Doc" Cheatham, los saxofonistas Ben Webster y Leon "Chu" Berry, el guitarrista Danny Barker y el bajsta Milt Hinton.
Creció en Baltimore, asistió a la escuela poco tiemo y después quiso convertirse en cantante y bailarín. Lideró algunas bandas como los Alabamians o los Missourians, emezó a grabar discos en 1930 y en 1931 tuvo un gran éxito con "Minnie the Moocher" y con sus frecuentes presentaciones en el Cotton Club. Pronto fue el artista negro más conocido de la época, junto a Louis Armstrong, Duke Ellington o Ethel Waters. Hizo algunas películas como ‘Stormy Weather’ en 1943, y continuó con sus grabaciones. DesPués de “Minnie the Moocher” llegaron "Kicking the Gong Around", "Reefer Man", "Minnie the Moocher's Wedding Day", "You Gotta Hi-De-Ho", "The Hi-De-Ho Miracle Man" o "Mister Paganini, Swing for Minnie."
En 1942, su disco “Blues in the night” arrasó y en 1948, cuando terminó la época de las ‘big bands’, a Calloway no le quedó más remedio que disolver su orquesta, aunque siguió actuando con sus Cab Jivers. De hecho, el músico permaneció en activo hasta su fallecimiento, en 1994, a los 86 años.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Neil Leonard en La Habana en el Festival Jazz Plaza-2011

El saxofonista estadounidense Neil Leonard, profesor del Berklee College of Music de Boston, participará en diciembre en La Habana en el Festival Jazz Plaza-2011, que preside el laurado pianista y compositor cubano Jesús ‘Chucho’ Valdés, informó este viernes un medio local.
Leonard, “impulsor de los intercambios culturales” entre Cuba y Estados Unidos, viajará a la isla acompañado por “músicos del Berklee College” y presentará en el Festival (del 15 al 18 de diciembre) su más reciente disco “Marcel’s Window”, de jazz contemporáneo, señaló la agencia cubana Prensa Latina (PL).
“Hemos fomentado el contacto continuo (entre artistas cubanos y estadounidenses) con programas de residencias cortas”, dijo Leonard que, según PL, estuvo en la isla en mayo pasado al frente de un grupo de músicos de su país que participó en la feria internacional Cubadisco-2010.
El Berklee College of Music, considerado la mejor escuela de jazz del mundo, entregó este año el título de doctor honoris causa a Valdés, quien fundó en 1973 el grupo Irakere -buque insignia del jazz cubano- y a su padre, el también pianista y compositor Bebo Valdés, por sus aportes a ese género musical.
En la edición anterior del festival, presidido por Valdés desde su fundación en 1980, participaron los músicos norteamericanos Andrea Brachfeld (flautista) y Arturo O’ Farrill (pianista), hijo del mítico Chico O’ Farrill, pieza clave en la creación del jazz afrocubano a mediados del siglo XX.
Los intercambios culturales entre Cuba y Estados Unidos -sin relaciones desde 1961- mejoraron con el gobierno de Barack Obama, que eliminó en 2009 restricciones a las remesas y viajes de cubanoamericanos a la isla, y comenzó a aplicar en abril una mayor flexibilización de las visitas de religiosos, académicos, artistas y deportistas estadounidenses.