sábado, 22 de mayo de 2010

Festival de Bridgestone


El trompetista Christian Scott abrió la tercera edición brasileña del Festival de Bridgestone, encuentro de jazz que se lleva a cabo en la Citibank Hall del acomodado barrio paulista de Moema, una sala para unos 1700 espectadores que luce prácticamente llena; en verdad, espectadores-comensales o, al menos, espectadores bebedores; no hay butacas sino mesas y decenas de mozos que van y vienen con bandejas repletas llenas de botellas, penosamente agachados para no interferir en la visión del escenario. Pero la amplificación es buena, el público bebe sin hablar y el concierto se desarrolla normalmente.

En Scott -con un cuarteto que completan Milton Fletcher en piano, Kriss Funn en contrabajo, Jamire Williams en batería y Mathew Stevens en guitarra- se oye una cierta tradición del jazz; especialmente, la del jazz modal y cierta forma melódica de Miles Davis. Nada es demasiado nuevo, aunque los solos del formidable Stevens (de Toronto) son de una gran riqueza melódica y armónica. Hay algo atractivo en el cuarteto, al menos en su completo alejamiento del pastiche y de las formas más edulcoradas de fusión.

La primera noche (miércoles) se completó con el conjunto de Uri Caine. A diferencia de lo que ocurre con la música de Scott, en Uri Caine no se oye una tradición del jazz, sino varias, y explicitadas abiertamente todo el tiempo. Uri Caine es una especie de organillero virtuoso; puede tocar lo que le pidan. Esta vez fue un programa funk-soul-gospel, para lo cual contó con la colaboración de la competente vocalista negra Barbara Walker. Caine es el representante más extremo del posmodernismo musical: la originalidad es para él una quimera; toda su música es una reelaboración de otras músicas y estilos, desde el funk común y corriente hasta las canciones de Schumann y las Variaciones Goldberg de Bach. Pero hay mucho nivel técnico en todo lo que hace. Desde sus teclados (piano acústico y Rhodes, en este caso), Caine piensa orquestalmente, y en efecto encuentra una pequeña orquesta en el cuarteto que completan James Genus en contrabajo, Elizabeth Pupo en percusión y el notable Zach Danziger en batería, quien rivaliza con Caine en el rol solista por su tremenda fuerza propulsiva y sentido del suspenso musical.

Una cantante mucho más personal que la del conjunto de Caine es Dee Alexander, que abrió la noche del jueves con su Evolution Ensemble. El nombre del grupo en cierta forma está justificado: es formado por violín, violonchelo, contrabajo y batería/percusión, una rareza en la tradición del jazz, aunque el fondo de cuerda evoca naturalmente al country. La suma de instrumentos melódicos proporciona una trama necesariamente polifónica, a la que la voz de Dee se suma como un instrumento más, y uno fuertemente onomatopéyico.

El cierre de la segunda noche estuvo a cargo del pianista Ahmad Jamal, de 79 años, con un cuarteto completado por el contrabajista James Cammack, el percusionista Manolo Badrena y el baterista Helin Riley. Jamal es un músico genial. La vejez en todo caso le da al toque más liviandad y economía. Sus manos pasan por el teclado como ráfagas brevísimas. El sonido es exquisito; las frases están sumamente condensadas, con mucho aire entre una y otra. Jamal las abre y las cierra con una indicación del dedo índice, y con ese mismo desde va dando instrucciones y dialogando con cada miembro del cuarteto. Su estilo no recuerda a ningún otro, tanto en los temas propios como en la interpretación de standards. Al final de su show de poco más de una hora queda la sensación de que todo lo anterior no fue más que un dosificado aperitivo.

sábado, 15 de mayo de 2010

Steve Lacy


Steve Lacy (New York, 1934-2004), es un instrumentista singular en la historia del jazz. Su instrumento, el saxo soprano, ha sido y es por lo general, un elemento secundario para la mayoría de los saxofonistas, que veían en él algo complementario al sonido de los otros saxos. No obstante, Steve Lacy, es junto con el genial Sidney Bechet y el no menos extraordinario, John Coltrane, uno de los tres mejores saxofonistas sopranos que ha dado el jazz, y desde luego el músico vivo que mejor lo practica.
Sus comienzos fueron junto al guitarrista de dixieland, Dick Sutton en 1954, un músico que quiso revitalizar ese estilo de los años treinta, pero tuvo la fortuna de conocer al excelente pianista, líder del jazz de vanguardia por aquella época, Cecil Taylor. Con Taylor, Steve Lacy estuvo dos años, entre 1955 y 1957, y su colaboración se cerró ese ultimo año con la actuación en el Festival de jazz de Newport. Tras la experiencia con el pianista, Steve Lacy, conoció al arreglista, Gil Evans con quien permaneció todo el año 1957. Posteriormente perteneció brevemente al quinteto de Thelonius Monk con quien tocó en 1960 durante un periodo de seis semanas. Entre 1961 y 1964, estuvo trabajando con el cuarteto de Roswell Rudd, un trombonista también escorado hacia el freejazz.
Steve Lacy, está considerado como el primer instrumentista moderno del saxo soprano, un músico creativo y con capacidad para crear sonidos y melodías fascinantes. Maestro del solo absoluto, Lacy es uno de los grandes conocedores de la música de Monk, una música que se convertiría en obsesiva para el saxofonista, hasta el punto de que fue un gran investigador de los acordes con los que Monk expresaba sus melodías. En noviembre de 1961, Steve Lacy grabaría para el sello New Jazz una obra maestra absoluta del jazz. El álbum llevaba por titulo una composición de Thelonius Monk, titulada "Evidence" y su éxito se debe, mitad a los temas elegidos - hay dos composiciones de Ellington, y mitad a la configuración del grupo de músicos; Don Cherry a la trompeta, Carl Brown, al contrabajo y Billy Higgins, a la batería.
Steve Lacy, continuó hasta el final de sus días ofreciendo conciertos y actuaciones en todo el mundo y visitó varias veces nuestro país para participar en diversos festivales de jazz.

sábado, 8 de mayo de 2010

Trompetistas

Los trompetistas nacieron con el inicio del jazz como reyes del instrumento prevaleciente a finales del siglo XIX en el jazz. Entre la época de las grandes bandas y especialmente en la época del swing, a mediados de los treintas, la preeminencia del instrumento decayó especialmente por haber abandonado la conducción del estilo para integrarse a los ensambles de vientos, a excepción de la intervención en los solos.
Sin embargo, el encanto romántico por la trompeta y su épica resonancia se mantuvo, alentado y sostenido especialmente por su emblemático abanderado Louis Armstrong.
Comenzaba a imponerse además del talento y virtuosismo, la escuela y trompetistas tales como Bunny Berigan, fue merecedor de elogiosas palabras de admiración por parte del mismo Louis.
Otros grandes personajes del instrumento, como en el pasado, sostuvieron todo el tinglado de la integridad de la banda. No era posible prescindir de ellos, como en el caso de Charlie Shavers y del mismo Berigan. Se identificaba a la banda con y por ellos.
Esta época dorada de los trompetistas de grandes bandas nació con ellas, no en la era del swing a mediados de los treintas, sino en la década anterior, donde se encontraban grandes bandas, tanto de blancos como de negros, de gran prestigio, como la de Fletcher Henderson que contó entre sus filas con famosos trompetistas como Joe Smith, y en algún momento (1924-1925), con el mismísimo Louis Armstrong.
Otro de los grandes trompetistas, catalogado por Charlie Mingus a la altura del propio Armstrong, fue Roy Eldridge, que a pesar de ser negro, trabajó muy a su pesar en bandas de blancos.
Como comenta Dan Miller, los grandes ejecutantes de trompeta eran distinguibles por su sonido estilo y técnica. Hay una diferencia distinguible entre ser un estilista y un innovador estilístico mayor.
Hay pocos verdaderos innovadores en la trompeta de jazz siguiendo el linaje directo desde Louis Armstrong, pasando por Roy Eldridge a Dizzy Gillespe y siguiendo con Fats Navarro, Miles Davis y Kenny Dorham a Clifford Brown a Booker Little, Lee Morgan, Freddie Hubbard y Woody Shaw.
Todos ellos alteraron sustancialmente la dirección rítmica y armónica de la trompeta de jazz en las épocas a que pertenecieron. No solamente redirigieron los conceptos de los ejecutantes que les siguieron, sino que también influenciaron profundamente a sus pares
Un estilista es también considerado un maestro de su arte. Son hombres que fueron fantásticos solistas que contribuyeron grandemente a la historia de la personalidad de la trompeta de Jazz, (como por ejemplo, Rex Stewart, Joe Newman, Carmell Jones, Freddie Webster, Blue Mitchell, Stu Williamson, y otros), pero cuya influencia en la música es secundaria a aquella de los grandes innovadores. Esto en ninguna forma disminuye sus grandes contribuciones a la música. Esos sobresalieron en estilos que establecieron, (como los establecidos por Louis, Roy, Dizzy, etc.), agregando sus propias tendencias personales con una amplia variedad de variaciones en tono, ritmo y armonía.
Esta variedad, la individualidad, es la que hace a la música de jazz tan única y lo que conduce a la superación como artistas y músicos.
Luego se impondría el saxofón cómo instrumento de expresión personal, pero el camino de la evolución empezó con ellos, los trompetistas, y la importancia del instrumento, a diferencia del clarinete, nunca decayó.

viernes, 7 de mayo de 2010

Festival Internacional Canarias Jazz 2010

El XIX Festival Internacional Canarias Jazz & más Heineken se realizará entre el 8 y 18 de Julio 2010 en Tenerife, Gran Canaria, Lanzarote, Fuerterventura y La Palma.
■Marcus Miller encabeza el cartel de este Festival.
El Festival Internacional Canarias Jazz&más Heineken cumple 19 años con un cartel de lujo. Marcus Miller y Dee Deee Bridgewater encabezan la programación. Miller llegará las islas revisando Tutu, uno de los discos más emblemáticos de la época eléctrica de Miles Davis, que después de mucho tiempo Miller se atreve a reinterpretar.
Dee Dee Bridgewater, por su parte, presentará su nuevo trabajo Eleanora Fagan (nombre de pila de Billie Holiday), un tributo a la artista nacida en Filadelfia. Bridgewater es, sin duda, una de las cantantes de jazz que mejor pueden homenajear a Holiday.
El cartel lo completan Angélike Kidjo, Gonzalo Rubalcaba, Miguel Zenón, Frank Gambale G-Force Band, entre otros muchos artistas.